Ayer fue un día patético. Hoy fue un día patético. Muy patético.

(ayer)
No tuve clases de química porque los condenados del primer semestre se fueron a su amado viaje de campo, ¿y esta negra que está aquí? pues se quedó porque tenía parcial de física hoy y bueno, al final lo pasaron al lunes: o sea PUDE IR AL VIAJE DE CAMPO... En fin. El profesor, como de costumbre, iba con un cohete en el trasero. Hablaba rápido, saltaba de un tema a otro sin hacer mayor pausa y Ricardo a mis espaldas empezaba a quejarse. "No puede ser, no puede ser, no puede ser, no puede ser..." Todas las clases me siento con él y siempre es algo diferente. Ya llevamos casi un año estudiando juntos y no me acostumbro a sus caprichos y a su sonrisa p-pero él se ríe y yo me río más y a eso a él le da risa porque dice que soy una loca ("▔□▔)/... En fin, todo pasó volando y terminamos el tema en mucho menos de lo programado.

(hoy)
Salí TARDE de la casa por culpa de mis padres. Pues igual me reuní con unos compañeros de la carrera a estudiar, y se puede decir que el tiempo nos rindió~. Más tarde cuadré con un amigo para encontrarnos en el metro e ir a una convención, pero luego de esperar 40 minutos me cansé y me vine para mi casa（。-＿-。）ya que soy del tipo de personas que llega 10 minutos antes de lo pautado y espera puntualidad. De lo contrario empiezo a irritarme... ¿Conclusión? Día mierda de nuevo. De regreso a mi casa me sentía mal, de verdad quería ir a esa convención a pasarla bien con mi mejor amiga, y así, pero cosas como esperar siempre me producen ansiedad e impotencia... Tanto que me dan ganas de llorar. ¿Estúpido, no? Pero no lo puedo controlar, y por esa tontería ya estaba de camino a mi casa... Pero me salté mi parada y fui hasta donde vive Mr. Potato. No iba del todo por él, pensé que podría regresar caminando y relajar un poco la tensión que tenía encima.

Recuerdo que a medida que pasaba por las calles iba mirando hacia arriba, entre cada edificio. Era la única persona que caminaba por allí, y apenas pasaban autos. De repente me sentí perdida y muy muy pequeña. "Si tengo la oportunidad, es ahora" pensé. Dentro de unos meses nos mudaremos y no podré tener la oportunidad que se me presentaba ahora (ni la excusa de que vivamos a una cuadra el uno del otro). ¿Qué tan difícil podía ser escribirle un mensaje para que bajara porque... sí, sin más excusas? Lo sopesé, pero logré calmar el impulso y seguir caminando. Me di cuenta de que no puedo quedarme con los brazos cruzados, volviendo a ignorarlo todo sólo porque repentinamente parece más cómoda la negación... Porque pensé que enmascarando su nombre, diciendo que odiaba los miércoles, haciéndome la idiota mientras escucho Kaene y tarareando Yesterday, y pretendiendo que reviso la lista de contactos del teléfono para cualquier cosa menos ver su número estaba bien. ¿No? Pues no, no está bien. Es justamente como una cajita que me ha tocado ver a distancia por mucho tiempo. Parece que después de todos esos años de prestarle atención y no hacerlo al mismo tiempo, me animé a abrirla... ¿Pero y si no me gusta lo que hay adentro? La he abierto igual. Haya diamante o carbón, sólo espera por mi para echarle un vistazo. De hecho es así; hay algo que me gusta de él, siempre me ha gustado y quisiera saber qué es. Si esa cosa realmente existe o no, es algo que sólo espera por mi a echar un vistazo.


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